Albino, el cartófilo palentino

100 años mostrando Palencia al mundo

Pretendemos reivindicar la figura relevante de Albino Rodríguez Alonso en varios aspectos vinculados a las Tarjetas Postales y el Correo: como fotógrafo, como editor, como comerciante e incluso como impulsor de una sociedad cartófila internacional. En definitiva, un cartófilo más allá del coleccionismo conmemorando que se ha acaba de cumplir un siglo del envío de sus postales fotográficas (1919-1920).

Albino supo ver la capacidad y el valor de las tarjetas postales ilustradas (TPI) como medio para que la ciudad de Palencia y su provincia fuera vista y conocida en los cinco continentes, empleando para ello la red de contactos más extendida en aquellos tiempos: las sociedades cartófilas.

De las más de 50 tarjetas postales fotográficas conocidas y enviadas, las que aquí mostramos son piezas únicas: en cada una de ellas, Albino se encargó personalmente de realizar la fotografía, del tratamiento de la imagen para convertirla en producto postal autorizado por Correos, de la inscripción manuscrita de la leyenda, de la firma y data, así como de estampillar el sello mostrando todas las sociedades a las que pertenecía.

La colección presenta una selección de esas tarjetas postales que he recopilado, compradas en su gran mayoría en el extranjero, pues allí fueron enviadas por nuestro Albino Rodríguez Alonso desde su ciudad natal Palencia: podríamos decir que han vuelto a casa una vez cumplida su misión.

En palabras del historiador Javier de la Cruz, “es el gran fotógrafo de Palencia de los años 20-30”.

Albino Rodríguez Alonso  (1896-1978) nace en una familia acomodada, siendo tíos suyos, entre otros, D. Valentín Calderón (senador y alcalde) y D. Tomás Alonso (propietario del periódico El Dia de Palencia).

La afición a la fotografía le viene dada por su hermano mayor Luis (Palencia, 1884-1929), que desde principios de siglo se interesó por la fotografía. Deslumbrado por la naciente industria del cine, Luis marchó a Madrid por primera vez en 1915, compatibilizando trabajos en ambas ciudades.

Albino Rodriguez Alonso 1921
Albino Rodríguez Alonso en 1921. Fuente: Archivo Prov. De Palencia
Postal Palencia
Postal Palencia
Postal con franqueo frontal de sello “cadete” de 15 céntimos con salida desde Palencia el 30 de junio de 1908 y marca de llegada a Santiago de Chile en agosto de 1908.

Luis escribe en francés a una filatélica chilena (traducción):

“Mil gracias por sus tarjetas postales. Quiero agradecerle que me envíe sellos para mi colección. Reciba (señorita) la expresión de mi simpatía”

Luis R. Alonso

En 1917, con apenas 20 años, quedó Albino al frente del negocio de fotografía familiar, y contaba ya con varias exposiciones individuales y menciones en premios y concursos.

Por cierto, Luis en Madrid llegó a ser director y fundó su propia productora de películas, alcanzando un cierto éxito hasta su temprana e imprevista muerte con 40 años.

En 1923, Albino R. Alonso trasladó su estudio desde la última planta de un edificio de la Calle Don Sancho, que además se anunciaba como el primero con ascensor de la ciudad, a un local a pie de calle en la zona conocida como de los Cuatro Cantones, la parte más concurrida de la Calle Mayor Principal, en los números 78-83.

Allí vendía cámaras y demás productos fotográficos, pero también artículos de escritorio y papelería, además de tarjetas postales ilustradas, de las que él mismo era fotógrafo y editor. Allí también se ubicó en 1929 la Oficina de Información Turística de la ciudad, lo que aprovecharía para vender sus postales.

Postal Palencia
En esta postal la “X” manuscrita que aparece en el centro de la imagen marca la ubicación de su estudio de fotografía.

Postal con doble franqueo de sello de 2 céntimos de “cadete” y uno de 1 céntimo, circulada en diciembre 1920 desde Palencia a _____

Al igual que otros cartófilos, Albino se acogía a la ventaja existente de poder pagar la mitad de franqueo si se consideraba que lo enviado era un “Impreso” y no una “Tarjeta Postal”.

Para ello, no debía haber más de 50 palabras de texto en el mensaje e incluir (de forma manuscrita la palabra “impreso”. Era habitual por ello entre los cartófilos usar sellos de caucho personalizados o escribir únicamente la dirección a la que corresponder el intercambio.

La gran cantidad de envíos y el hecho de ser internacionales, seguro animaba a cumplir los requisitos de las autoridades postales.